El actor debe ser lo suficientemente rápido como para integrar en la estructura de su papel cualquier error (de dicción, de movimiento) que se cometa involuntariamente durante la representación. En lugar de detenerse o de empezar de nuevo, continuar y explotar su error como un efecto, por ejemplo, si un actor pronuncia una palabra mal, no debe corregirse sino repetir el error de pronunciación en otras palabras, en otros pasajes, de tal manera que el espectador entienda que es un efecto de la estructura del papel. Esta técnica exige naturalmente un dominio de los reflejos propios y también una calidad de improvisación.
Jerzy Grotowski - Hacia un teatro pobre - Editorial Siglo XXI
Jerzy Grotowski - Hacia un teatro pobre - Editorial Siglo XXI
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